Muchos puestos de trabajo obligan al trabajador a incurrir en los llamados Movimientos Repetitivos que, en ocasiones, pueden derivar en importantes problemas musculares. ¿Sabes cómo podríamos evitarlos o al menos reducirlos? Pero primero veamos que son…
¿Qué son los movimientos repetidos?
Se entiende por movimientos repetitivos el grupo de movimientos continuos y repetidos mantenidos durante un trabajo que implica la realización de esfuerzos o movimientos rápidos de pequeños grupos musculares, involucrando a los huesos, las articulaciones y los nervios de una parte del cuerpo, generalmente de las extremidades superiores, como las muñecas y hombros, agravadas por el mantenimiento de posturas forzadas y una falta de recuperación muscular y así provoca en esta misma zona una fatiga muscular, sobrecarga, dolor y por último, lesión.
¿En qué sectores son habituales esta actividad?
Se puede dar en innumerables ocasiones, pero los sectores mas habituales que mantienen esta actividad son:
- Industria (cadenas de montaje, operadores de maquinaria).
- Sector agrícola (recolección de frutas y verduras).
- Ademas del Sector comercio (cajeras de supermercado, peluquerías, etc.).
- Sector cárnico (mataderos, salas de despiece, empresas de productos elaborados).
- Construcción (soladores, escayolistas, pintores).
- calzado, alimenticias, automóvil
¿Cuáles son las principales consecuencias sobre la salud de las personas expuestas al movimiento repetitivo?
Las lesiones por movimientos repetitivos, o lesiones por estrés repetitivo, son lesiones de los músculos, los nervios, los ligamentos y los tendones que se deben a unos movimientos que se realizan de forma reiterada.
El trabajo repetitivo es causa habitual de lesiones y enfermedades del sistema oseomuscular (relacionadas con la tensión).
Un problema frecuente en las extremidades superiores son las lesiones derivadas de microtraumatismos repetitivos. Son lesiones muy dolorosas y pueden incapacitar permanentemente.
Según algunos expertos, este tipo de patología se produce, normalmente, por la combinación de varios de estos factores, en especial de la asociación de un movimiento repetitivo y una tensión muscular. Lo que es evidente es que a mayor repetitividad y esfuerzo se da una mayor probabilidad de lesiones.
¿Cuáles ?
O sea, que la realización continuada de tareas repetitivas puede suponer la aparición de trastornos musculoesqueléticos (TME) en las extremidades superiores.
En los primeros estadios los TME aparecen en forma de dolor o molestias. Sus efectos suelen ser leves y transitorios (el dolor desaparece al abandonar el trabajo).
No obstante, si la situación se prolonga en el tiempo pueden aparecer lesiones de mayor gravedad, que obligan a solicitar la baja laboral e incluso a recibir tratamiento médico.
En los casos más crónicos, el tratamiento y la recuperación suelen ser insatisfactorios, pudiendo llegar a incapacitar a la persona para la ejecución de su trabajo.
La mayor parte de los TME por movimientos repetitivos aparecen gradualmente, tras largos periodos de exposición a unas condiciones de trabajo demasiado exigentes, algunos de ellos son:
Enfermedades trastorno musco-esquelético por movimientos repetitivos
- Tendinitis: inflamación de los tendones
Una de las lesiones que provocan los movimientos repetitivos es la tendinitis de muñeca, que es una inflamación de los tendones que se debe a la tensión de los mismos durante las tareas, sometidos a vibraciones o doblado, en repetidas ocasiones. Es decir, su principal factor de riesgo son los esfuerzos repetidos de la muñeca en flexo-extensión o en desviación cubital.
Por norma general, las tareas asociadas a la tendinitis de muñeca son las de empaquetar, el uso de alicates, tendido de cables y el trabajo en prensas.
- Síndrome del túnel carpiano: compresión del nervio mediano
En segundo lugar, un microtraumatismo habitual debido a movimientos repetitivos en el trabajo, es el síndrome del túnel carpiano. Esta lesión surge cuando se comprime el nervio mediano al pasar por el espacio por el que transcurren los tendones que permiten la flexión de los dedos.
Existen diversos factores de riesgo que lo pueden causar, como la torsión de la muñeca, flexión y extensión repetida de la misma, sus esfuerzos repetidos en posturas forzadas y las maniobras de presión con los dedos o la palma.
Hay una serie de actividades asociadas al síndrome del túnel carpiano como son afilar, lijar, teclear, empaquetar, remachar, martillear, pulir, abrillantar, enladrillar, fregar y las tareas de montaje. Cabe añadir que los oficios en los que comúnmente se llevan a cabo dichas actividades y por tanto sus profesionales corren más riesgo de padecer este traumatismo son: matarifes, cocineros, carpinteros y cajeros.
- Tenosinovitis: acumulación de líquido sinovial
Los movimientos repetitivos y las posturas forzadas de la muñeca en el entorno laboral, suelen ocasionar esta lesión, que provoca dolor debido a la acumulación de excesivo líquido sinovial en la vaina tendinosa. Las tareas que requieren realizar fuerza con la muñeca incrementan, por tanto, los riesgos de padecer tenosinovitis.
La tenosinovitis puede surgir por diferentes factores de riesgos como la torsión rápida de la muñeca, los trabajos manuales, las maniobras de presión con la mano si la muñeca está en extensión o flexión, empujar con la muñeca en extensión y desviación radial o en supinación.
Uno de los oficios en el que es más habitual este microtraumatismo por movimientos repetitivos es el de matarife. Algunas de las tareas que lo ocasionan son afilar, coser, pulir, abrillantar, cortar, escurrir, atornillar, las actividades que requieren el uso de alicates y el trabajo en prensas.
¿Cómo saber si estoy expuesto para prevenir estos microtraumatismos?
Sin embargo todo esto se puede evitar teniendo en cuenta como mínimo estas condiciones de trabajo, si la actividad contiene algunos de estos puntos.
- Las tareas y movimientos repetitivos cuyo ciclo es menor a 30 segundos o se repiten los mismos movimientos durante más de la mitad de dicho ciclo.
- Los trabajos que exigen esfuerzos repetitivos o prolongados que superen el 30 % de la capacidad muscular del trabajador.
- Las posturas forzadas o extremas de determinadas partes del cuerpo para poder llevar a cabo la tarea.
- El mantenimiento prolongado en el tiempo de una postura concreta, sea cual sea ésta.
- Las vibraciones en el trabajo, en ocasiones producidas por las herramientas necesarias para realizar la tarea.
- El contacto con superficies duras y la exposición al frío de ciertos segmentos corporales.
- Cuando existe la sospecha de que la manera de efectuar las tareas de un puesto de trabajo determinado, es la causante de lesiones osteomusculares, es fundamental identificar los factores de riesgo, la magnitud de los mismos y evaluar en qué grado afecta a los trabajadores.
¿Como evitar lesiones o trastorno por movimientos repetitivos?
Aquí tienes 9 consejos para la prevención de lesiones por movimientos repetitivos:
- Ten en cuenta el diseño ergonómico del puesto de trabajo.
- Adapta el mobiliario y la distancia de alcance de los materiales a tus características personales. Tienes que realizar el trabajo con comodidad y sin sobreesfuerzos.
- Emplea las herramientas adecuadas para cada tipo de trabajo y conservarlas en buenas condiciones y sin desperfectos.
- Realiza las tareas evitando las posturas incómodas del cuerpo y de las manos. Procura mantener, en lo posible, la mano alineada con el antebrazo, la espalda recta y los hombros en posición de reposo.
- Infórmate sobre riesgos específicos de tu puesto de trabajo y las medidas a aplicar para reducirlos.
- Evita los esfuerzos prolongados y la aplicación de una fuerza manual excesiva, sobretodo en movimientos de presa, flexoextensión y rotación de las manos.
- Realiza pausas periódicas que permitan recuperar las tensiones y relajar la musculatura.
- Organiza tu trabajo de forma que puedas alternar las tareas.
- Los reconocimientos médicos periódicos facilitan la detección de posibles lesiones musculoesqueléticas
¿Qué medidas preventivas se pueden llevar a cabo para reducir sus efectos?
Una vez identificados los principales microtraumatismos relacionados con los movimientos repetitivos, hay que ponerse manos a la obra con su prevención, para la cual el siguiente esquema sirve de orientación.
En los puestos de trabajo y en las tareas en los que una evaluación de riesgos específica evidencie un nivel de riesgo significativo por movimientos repetitivos será necesario intervenir para reducir el riesgo hasta unos niveles aceptables.
Estas intervenciones resultan, a menudo, complejas y su eficacia depende de la acción coordinada en tres ámbitos de aplicación:
El rediseño del puesto de trabajo
La organización del trabajo
La adopción de hábitos de trabajo saludables por parte de los trabajadores.
A continuación se proponen medidas preventivas, de los tres ámbitos de intervención, ordenadas por factor de riesgo.
Alta repetitividad
La reducción de la repetición de los mismos movimientos básicos de forma continuada se puede conseguir mediante:
Ampliación de tareas: reestructurar el trabajo de forma que las tareas sean lo más amplias y diversas posible, incorporando tareas adicionales, por ejemplo.
Rotación de tareas: organizar el trabajo de forma que los trabajadores varíen su actividad entre dos o más puestos de trabajo con requerimientos físicos diferentes.
Mecanización: utilizar herramientas que ayuden a disminuir los movimientos repetitivos, como por ejemplo, destornilladores eléctricos.
Aplicación de fuerza elevada
Distribución de la fuerza entre distintos grupos musculares: repartir el esfuerzo realizado entre diferentes grupos musculares, por ejemplo, permitiendo que el trabajo pueda realizarse con ambas manos.
Mecanización: utilizar herramientas mecánicas para ejecutar las acciones que requieran un esfuerzo muscular elevado.
Adopción de posturas forzadas
Diseño ergonómico: diseñar los puestos de trabajo de forma que las articulaciones se mantengan en rango articular cómodo. Por ejemplo, se debe evitar trabajar con brazos por encima de los hombros, los alcances por detrás del cuerpo o las desviaciones de las muñecas.
Hábitos posturales correctos: concienciar y formar a los trabajadores en hábitos posturales y buenas prácticas para la prevención de los TME.
Falta de recuperación
Tiempos de descanso: proporcionar tiempos de descanso suficientes que permitan la adecuada recuperación de la musculatura sobrecargada. Estos tiempos de recuperación pueden consistir en pausas para descansar cada cierto tiempo, o bien, en la realización de otro trabajo que permita el descanso de las estructuras del cuerpo fatigadas durante la actividad anterior.
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